Introducción

Encontrar acciones saludables dirigidas a empresas con unas características tan determinantes como formar parte del sector de la construcción en España y como tener un tamaño en número de trabajadores en plantilla inferior a 50 empleados no es sencillo, especialmente cuando se desea seguir un criterio de búsqueda basado en el rigor técnico y científico, para que los hallazgos cuenten con el soporte racional y actualizado de las principales evidencias en la materia.

El criterio de selección ha consistido en que estas propuestas de acciones saludables sean:

  • Específicas: que contemplen las singularidades del sector de la construcción. 
  • Prácticas: fáciles de aplicar desde el primer momento por los trabajadores y las empresas, complementado con buenas prácticas de empresas (españolas o extranjeras). 
  • Pedagógicas: que cuenten con recursos didácticos cercanos al destinatario (trabajadores y empresas). 
  • Racionales: basadas en evidencias científicas y bibliografía (literatura científica internacional, principalmente revisiones y metaanálisis).

Cuando hablamos de salud, especialmente en ciertas áreas, como alimentación o actividad física, es posible encontrar abundante bibliografía y referencias en la web, siendo difícil separar lo verdaderamente valioso de lo accesorio y de las ocurrencias que cualquiera pude verter en internet.

Cuando se consultan fuentes autorizadas sobre la materia que nos ocupa (hábitos saludables) se observan sobre todo cinco grandes áreas de acciones saludables:

  • Alimentación. 
  • Sedentarismo. 
  • Sueño. 
  • Tabaquismo. 
  • Salud mental. 

Esto no significa que los temas sobre salud en el entorno laboral se agoten ahí. Por el contrario, continuamente se generan nuevas evidencias que afectan a otras áreas, complementarias de éstas.

Por lo visto en la búsqueda bibliográfica, el sector de la construcción en España hasta el momento no ha adoptado con convicción acciones saludables para mejorar la salud de los trabajadores y de las propias organizaciones. Esta afirmación deriva de la escasez de fuentes de buenas prácticas y de estudios sobre hábitos saludables con firmas españolas bien en su equipo de investigadores o entre las empresas participantes.

En no pocas ocasiones se ha recurrido a fuentes internacionales beneficiándonos de la experiencia acumulada en estas prácticas por parte de otros países desarrollados. Incluso siguiendo esta premisa, fueron pocas las evidencias sólidas en ciertas materias novedosas o sujetas a controversia. 

La investigación científica, así como la salud derivada de los estilos de vida y del ámbito laboral, se encuentran en una fase emergente en países como España, lo que por fuerza invita a pensar en que el tiempo aportará nuevas evidencias y nuevas acciones que serán susceptibles de incorporar a la práctica diaria.

Estas limitaciones, por otra parte lógicas en la investigación científica, donde cualquier hallazgo es absolutamente refutable usando métodos científicos, no debe empañar el trabajo realizado para alcanzar un nivel más elevado de bienestar en las organizaciones y en las personas que las componen. 

Hay que recordar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Foro Económico Mundial (WEF) al respecto, en su informe de 2008: “Prevención de las enfermedades no transmisibles en el lugar de trabajo a través del régimen alimentario y la actividad física. Informe de la OMS y el Foro Económico Mundial sobre un evento conjunto” (2008):

«Actualmente, no existe un conjunto de prácticas óptimas en la empresa. En este informe se ofrece un examen resumido de los conocimientos de que se dispone en la actualidad sobre la creación e implantación de programas de promoción de la salud en lugar de trabajo, y puede contribuir a orientar las actividades en esta área. No obstante, la recopilación, elaboración y difusión de un conjunto flexible de prácticas óptimas que refleje la diversidad mundial puede resultar útil en diversas circunstancias. Las nuevas tecnologías, la realización de nuevas investigaciones y la recopilación de información de diferentes fuentes de datos pertinentes deberán considerarse como componentes integrantes de este proceso».

En el contexto nacional es posible encontrar referencias sobre acciones saludables llevadas a cabo por empresas grandes, con muchos trabajadores y partidas presupuestarias destinadas a este tipo de acciones. Son acciones en ocasiones revestidas de innovación, de una imagen atractiva y amigable, más que de una planificación minuciosa y bien definida. Recordando la cita anterior, no hay que restarle valor, al contrario, hay que celebrar que sean conocidas y sirvan de inspiración a muchas otras organizaciones, para que se persuadan de sus beneficios e inviertan en empresa saludable. Y como pequeña y mediana empresa, no hay que mirar con miedo lo que estas empresas hacen: no son pocas las compañías de tamaño reducido que expresan su compromiso con la salud y la productividad implantando acciones económicas, innovadoras y eficaces equiparables a las de grandes corporaciones.