Introducción
Cuando un individuo o una organización desea llevar a cabo acciones saludables, uno de los principales focos de atención es la alimentación.
En nuestra cultura hay una gran variedad de alusiones a la importancia de la alimentación en la salud:
- “Somos lo que comemos”.
- “Quien come con cordura, por su salud procura”.
- “De lo que se come se cría”.
- “Para vivir: comer, beber y dormir”.
- “El buen alimento hace el buen entendimiento”.
- “Los duelos con pan son menos”.
- “El comer, como el bailar y el rascar, todo es empezar”.
- “Come poco y cena temprano, si quieres llegar a anciano”.
- “Más de cenas que de penas, están las sepulturas llenas”.
- “Una manzana al día, de médico te ahorraría”.
Las acciones dirigidas a la alimentación son esenciales por varias razones. De entrada son más sencillas de implantar, porque actúan sobre una conducta diaria (comer), que además se repite varias veces durante la jornada, y que tiene una clara incidencia en la aparición de enfermedades crónicas, tan generalizadas en sociedades como la nuestra.
En el área de alimentación abordaremos unas pautas generales para que la alimentación en el trabajo sea saludable. Como ejemplo trataremos algunas recomendaciones para preparar tarteras variadas, ricas y saludables, como respuesta a una demanda habitual por parte de los trabajadores de la construcción. Se hará hincapié en las bondades atribuidas a la conocida dieta mediterránea, perfectamente aplicable en el sector, siempre y cuando se elimine de la misma la ingesta de vino en horario laboral y cuando se prevea realizar desplazamientos en vehículo.
Otra práctica interesante relacionada con la alimentación y con los buenos hábitos saludables es el lavado de manos.
Para concluir, nos referiremos a varios condicionantes de la salud cardiovascular, como son la hipertensión arterial, el desarrollo de diabetes mellitus tipo II, los niveles de colesterol en sangre y la adquisición de sobrepeso.