Riesgos psicosociales, estrés y burnout

Riesgos psicosociales, estrés y burnout

Introducción

 

De acuerdo con la OMS, 1946 (Organización Mundial de la Salud), la Salud se define como " el estado de bienestar físico, mental y social completo y no meramente la ausencia de enfermedad".

Los riesgos psicosociales se pueden definir como: “Aquellos aspectos del diseño, organización y dirección del trabajo y de su entorno social que pueden causar daños psíquicos, sociales o físicos en la salud de los trabajadores” (Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo). En realidad se trata de "hechos" con probabilidad de afectar negativamente a la salud y el bienestar del trabajador, fundamentalmente en forma de estrés laboral, violencia en el trabajo o precariedad, en amplio sentido.

En el sector de la construcción, en general, se le ha dado poca relevancia a los factores psicosociales y al bienestar mental, debido a la existencia de otros numerosos problemas relacionados con la seguridad, la ergonomía y los riesgos higiénicos.

Qué es Estrés y Burnout

El trabajo puede tener efectos negativos en la salud mental, particularmente en forma de estrés. El estrés es un proceso natural derivado de la interacción entre el individuo y el medio ambiente que le rodea. El estrés nos afecta a todos y puede sobrellevarse de diferente modo dependiendo de las diferentes situaciones a las que nos enfrentamos, de nuestros recursos personales y de las estrategias que utilizamos para abordar cada situación.

Cuando el estrés se prolonga en el tiempo y es constante, la persona está más activada de lo normal y pueden conducir a mayores niveles de ansiedad, irritabilidad e ira. Si la situación continúa manteniéndose, puede aparecer depresión. El estrés mantenido consume los recursos del organismo, produce fatiga y puede derivar en problemas importantes para la salud.

El síndrome de burnout o “estar quemado” en el trabajo es un tipo de estrés prolongado, motivado fundamentalmente por la sensación de realizar esfuerzos que no se ven recompensados y que acaba ocasionando pérdida de calidad en las relaciones personales y disminución de la calidad de trabajo realizado. Principalmente, están expuestos a este síndrome individuos con puestos de trabajo relacionados con la atención a personas, pero también puede darse en individuos que trabajan en empresas con alto nivel de exigencia en cuanto al rendimiento.

El síndrome de estar quemado hace que el trabajador tenga sensación de fracaso laboral, entendido como fracaso en las relaciones sociales y en la profesión. El burnout produce agotamiento emocional, que conduce al trabajador hacia conductas y actitudes de despersonalización y “frialdad” como forma de hacer frente a la situación estresante.

Hay dos tipos o factores que originan estrés en el trabajo:

Factores organizacionales, donde se encuentran:

  • Sobrecarga de trabajo, en cuanto a cantidad o dificultad de la tarea.
  • Repetitividad de tareas.
  • Falta de reconocimiento en el trabajo.
  • Relaciones interpersonales pobres y de alta competitividad.
  • Circulación insuficiente de información.
  • Escasa participación del trabajador en las decisiones.
  • Esfuerzos por esconder opiniones o sentimientos ante determinadas situaciones laborales.
  • Conflictos de rol (exigencias del trabajo que son entre sí incompatibles para realizar el trabajo).
  • Ambigüedad de rol (el trabajador no tiene claro qué se espera de él en la empresa).
  • Poca autonomía.
  • Poca capacidad de decisión.
  • Horarios de trabajo.

Factores individuales:

  • Demandas internas y valores del individuo.
  • Aspiraciones y expectativas del individuo.
  • Hábitos de salud.
  • Tendencia a la ansiedad.
  • Diferencias de personalidad.

 

El estrés en el sector de la construcción

 

En el sector de la construcción, es frecuente que los trabajos se vean retrasados por demoras en la entrega de material, cambio de órdenes en el proyecto, retrasos, etc. Tanto los contratistas como los subcontratistas deben entregar su parte del proyecto a tiempo y dentro del presupuesto acordado. Esto hace que de manera frecuente los trabajos tengan que entregarse en plazos muy ajustados, lo que aumenta la presión para el trabajador.

A veces, es necesario el aumento de horas extraordinarias para terminar la obra a tiempo, lo que conlleva inevitablemente a un mayor cansancio y fatiga para el trabajador.

Para manejar estas situaciones, el aprendizaje de los trabajadores en habilidades de afrontamiento es importante, sobre todo en aquellas situaciones que se escapan al control individual. Aun así, la intervención en el origen del estrés es clave, y en ese sentido, se recomiendan las siguientes premisas dirigidas al empresario, a modo de buenas prácticas:

  • Hacer uso de expectativas más realistas en cuanto al tiempo que tomará un proyecto, y así trasladarlo al promotor u otros contratistas que intervengan en el proyecto.

 

  • Los subcontratistas pueden ser evaluados en calidad, confiabilidad de su trabajo, pero también evaluados por su historial en seguridad y salud.
  • Aumentar la participación de los trabajadores en el proyecto, por ejemplo llevando a trabajadores con más experiencia al proceso de planificación en las primeras etapas, ya que puede ayudar a identificar problemas futuros y estar a tiempo para encontrar soluciones.

 

  • También se pueden utilizar las charlas y reuniones de almuerzo, etc. para hablar sobre el proyecto, la gestión de la presión, animar a los trabajadores a dar su opinión, a participar, así como a tomar los desafíos que lleguen, haciendo que se sientan respaldados por compañeros y superiores.

 

  • Asegurarse de que los supervisores y responsables estén bien capacitados en la planificación, así como que saben gestionar su estrés personal y se comunican bien cuando escuchan las inquietudes de un trabajador.

¿Cómo me afecta el estrés como trabajador?

 

Los efectos del estrés permanente en el tiempo conllevan consecuencias físicas, de conducta y emocionales: 

Efectos psicosomáticos, puede aparecer fatiga crónica, dolores de cabeza, dificultades de sueño, dolores musculares, ansiedad, tensión permanente, pudiendo avanzar a trastornos más graves, siendo especialmente susceptibles los sistemas cardiovascular[i], respiratorio, gastrointestinal, inmunitario, endocrino y muscular.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la enfermedad cardiovascular, en concreto, la enfermedad coronaria y la cardiopatía isquémica son la primera causa de mortalidad en el mundo. Aunque el origen de los trastornos coronarios es multicausal, la tensión y el estrés laboral dobla el riesgo de complicaciones por enfermedad cardiovascular. Para cuidar tu salud cardiovascular, aparte de tener hábitos saludables (alimentación sana, control de sobrepeso, control de tensión arterial, control de colesterol, ejercicio físico, etc.), debes aprender a gestionar tu nivel de estrés y tu bienestar mental.

Efectos de conducta, en este sentido el estrés crónico produce un incremento del absentismo, aumento de las conductas agresivas y de alto riesgo, conductas suicidas, abuso de fármacos, alcohol, consumo de sustancias, conflictos familiares…

Efectos emocionales, como irritabilidad, impaciencia, dificultades de concentración, fallo en la memoria, distanciamiento afectivo, frialdad en las relaciones interpersonales (burnout)...

Efectos laborales, como deterioro de las relaciones interpersonales, bajo rendimiento y baja productividad. El estrés te afecta a ti, a tu trabajo y a las personas que tienes a tu alrededor.